A veces creo que soy importante. Luego pienso en el cosmos, en toda las galaxias, con sus estrellas y sus planetas, en todo el vacío y en todos los pársec, y se me pasa. Supongo que una hormiga obrera también percibe su trabajo como importante, y para nosotros es tan insignificante como una mota de polvo.
Hoy no voy a hablar exactamente de nosotros y las hormigas, sino que quiero hablar de una teoría un tanto inquietante: la teoría del zoo. Dicha teoría defiende que los humanos en realidad somos el trabajo de investigación de una cultura extraterrestre mucho más avanzada que la nuestra, que nos observan y estudian exactamente igual que haríamos nosotros con un hormiguero.
La verdad es que hay muchísimas variantes de esta teoría, con muchas hipótesis diferentes (algunas más improbables que otras). Hoy voy a comentar un poco acerca de ellas, más con ánimo de inspirar nuevas historias y de cuestionar lo que sabemos que de informar (puesto que esto, al igual que la escala de civilizaciones de Kardashov, es todo especulación).
Ya he hablado aquí de la paradoja de Fermi, que básicamente pregunta “¿si hay aliens por ahí, como es que no nos hemos encontrado ninguno?” A esta paradoja hay muchas posibles respuestas, desde que en realidad nunca ha habido aliens hasta que en realidad los aliens avanzados somos nosotros, pasando por esta teoría del zoo.
Los que defienden esta teoría como respuesta a la paradoja de Fermi afirman que a los extraterrestres que nos estudian no se les está permitido interactuar con nosotros de ninguna forma para no influir en nuestro desarrollo, de tal forma que solo pueden mirar.
En realidad, si pensamos en esto, no tiene mucho sentido que sea “del zoo” ya que no veo por ninguna parte a niños extraterrestres lanzándonos caramelos, pero ese es otro asunto. Estos extraterrestres serían tan avanzados que no tendríamos forma de averiguar que nos están observando, pero podrían hacerlo de muchas maneras, la gran mayoría de ellas, inimaginables por nosotros (y por ese motivo no me voy a poner a especular.)
La verdad es que he leído que podrían observarnos igual que hacen en los zoos con los osos o los gorilas, pero creo que discrepo en cierta medida. Los osos y los gorilas de alguna forma son conscientes de que están en cautiverio, se acostumbran a recibir la comida, por ejemplo, o a interactuar con los observadores. Creo que, como llevo diciendo un rato, el caso de la Tierra se parecería más a una granja de hormigas o incluso a un acuario, ya que la diferencia entre conciencias es mucho mayor.
¿Te sientes observado? |