Sin embargo, existen dos tipos de muertes, la cerebral y la cardiovascular (que implica al cuerpo, vaya). Estas dos últimas suelen ir de la mano, ya que si falla el corazón o las venas, el cerebro deja de recibir el oxígeno que necesita y muere también. Pero hay algunas veces que el cerebro muere y el cuerpo puede seguir funcionando si se conecta a alguna máquina: de hecho es algo muy común, incluso se han dado casos de mujeres embarazadas con muerte cerebral que se han conectado a máquinas para mantenerlas con vida el tiempo suficiente como para que su bebé naciera sano.
Por otro lado, mucha gente que muere hoy día, lo hace con el cerebro intacto, sin ningún signo de deterioro neurológico. Por tanto, se podría argumentar que solo falla el envoltorio, la caja, mientras que la verdadera persona estaba bien. Así que, en teoría, si tuviera otro cuerpo, podría seguir viviendo.
En estos argumentos se basa toda esta corriente científica o médica que aspira a separar los cuerpos de las mentes para que las personas nos acerquemos a la inmortalidad (o al menos, a una inmortalidad siempre y cuando el cerebro funcione bien). Estamos de acuerdo en que la medicina ha hecho muchísimos progresos, pero entonces ¿qué alternativas hay?
Voy a empezar por lo que se sabe y seguiré por la especulación, para ver cómo podríamos cambiarnos el cuerpo y seguir vivos todo el tiempo que nuestra mente nos lo permita.
Trasplante de cabeza
Esto posiblemente os suene porque hace poco salió en las noticias que se iba a intentar hacer por primera vez en humanos. Lo que se plantea es trasplantar la cabeza de un hombre con atrofia muscular (enfermedad que le impide moverse) al cuerpo de otro que tenga daño cerebral (su cuerpo sigue perfectamente sano). En teoría, y si todo saliera bien, la persona que no puede moverse por su enfermedad, podría ahora hacerlo en un cuerpo nuevo, cosido a su cabeza. Seguiría siendo prácticamente el mismo, porque conservaría su cerebro, que es el centro donde están los pensamientos, los sentimientos, y en general, la mayoría de lo que nos hace ser como somos y no otra persona.
En teoría, el transplante de cabeza parece una alternativa viable para todos aquellos que conservan el cerebro en perfecto estado, pero que por alguna enfermedad, sus músculos dejan de responderles y acaban por no poder interactuar con su mundo, confinados al interior de su cerebro (es el caso de Stephen Hawking, por ejemplo).
Pero digo "en teoría" porque claro, una operación sencilla, no es. Lo primero que habría que hacer sería decapitar a los dos pacientes y después unir la cabeza al tronco. Pero claro, esto no es como pegar un jarrón que se ha roto: hay que conectar los vasos sanguíneos para que la cabeza tenga riego, y sobre todo, la médula. Si la médula espinal no se conecta, la persona seguiría siendo tetrapléjica, ya que las órdenes que mandara con su cerebro jamás llegarían a sus músculos.
A pesar de que Sergio Canavero (científico de Turín que se va a encargar de este primer trasplante) asegura que ya tenemos la tecnología necesaria para intentarlo en humanos, gran parte de la comunidad científica está en contra y consideran que es un despropósito. Algo parecido se probó en los 70, con monos, y salió relativamente bien aunque claro, no se conectó la médula espinal, que es lo importante para acabar con el problema de la movilidad. Este experimento también se había probado anteriormente en perros, también con bastante éxito para lo que se esperaba en esa época.
Trasplante de cabeza en perros. |
Si todo va según lo previsto, el primer trasplante de cabeza en humanos se realizará en diciembre de 2017, en una operación de 36 horas. Y si todo sale bien, el paciente trasplantado tendrá que estar 4 meses en coma inducido recuperándose y sin moverse un año entero, eso sin contar con toda la rehabilitación posterior.
La verdad es que no hay ninguna garantía de que este primer experimento salga bien, pero el voluntario que se lo va a hacer está convencido de su decisión, porque afirma que no tiene muchas opciones. Sin embargo, ocurra lo que ocurra dos cosas son seguras: 1) que se obtendrá mucha información para mejorar la técnica y 2) que Sergio Canavero tiene muchos más voluntarios dispuestos a trasplantarse la cabeza. Por tanto, si el trasplante de cabeza no es una realidad hoy día, es fácil que lo sea dentro de un tiempo.
Aquí os dejo una charla de Sergio Canavero, donde asegura que es posible.
Trasplante de cerebro
Es evidente que los trasplantes de cerebro son una opción más limpia que la anterior: no tienes que andar conectando una cabeza a un cuerpo, basta con meter el cerebro en otro cráneo y hacer unos apaños por dentro. Las personas que se lo hagan podrían tener un cuerpo nuevo completo, y no uno formado con recortes, lo cual es un plus.Sin embargo, sigue siendo una operación teórica y más complicada que la anterior, porque habría que reconectar la médula espinal, pero también unir el cerebro a todos los demás nervios que hay en la cabeza, que son muchísimos. Si no, la persona posiblemente no podría ver, oler, saborear ni oír, ya que esos 4 sentidos se encuentran en la cabeza. Y si no te puedes ni comunicar con tu entorno ni que tu entorno se comunique contigo ¿de qué te sirve tener un flamante cuerpo nuevo?
Hay mucha gente que piensa que el trasplante de cerebro llegará en algún momento u otro. De hecho, hay compañías que ofrecen a los que padecen enfermedades incurables criogenizarse (vaya, congelarse, como Walt Disney solo que eso es un mito). Sin embargo, criogenizar todo el cuerpo es demasiado caro (y en ocasiones, debido a la enfermedad, ni siquiera se ha conservado bien), así que muchos están optando por congelar solo su cerebro. Así, esperan que dentro de unos años, esos cerebros congelados puedan descongelarse, trasplantarse a un cuerpo sano y volver a la vida. Si queréis ampliar, podéis leer esta noticia o las FAQs del Cryonics Institute.
Página del Cryonics Institute, donde te criogenizan por una buena suma de dinero. No criogenizan cerebros, pero hay otras muchas que sí lo hacen. |
En realidad, no es descabellado pensar que la tecnología llegue a conseguir algo así en un período de tiempo razonable, sobre todo si tenemos en cuenta que el trasplante de cabeza, que sí se ha planteado, sería un primer paso. No creo que sea imposible que alguien que congele ahora su cerebro pueda seguir viviendo dentro de pongamos, 50 años, pero sí que creo descabellado que se convierta en una opción real para la gente en el futuro.
Es decir, ¿quién quiere pagar una millonada por vivir cuando seguramente todos tus seres queridos hayan muerto, no tengas un oficio y la sociedad haya cambiado por completo? Solo te darían un cuerpo nuevo pero no iban a poder devolverte tu vida anterior (nótese que no estoy diciendo que nadie lo fuera a usar, solo que no creo que fuera la elección de las masas).
Otra pega que se le podría poner es que no sabemos si el cerebro, tras pasar por ese estado de congelación y descongelación, seguiría manteniendo la información que guardaba antes o se habría hecho un reseteo. ¿Tendría memoria de su pasado?¿Sabría lo que sabía antes?¿Conservaría la misma personalidad? Al fin y al cabo la congelación es un proceso bastante agresivo y no podemos saber si afectaría en algo o no a la información contenida en el cerebro (que ni siquiera se conoce exactamente cómo se contiene ahí, por cierto).
Nada de cuerpos, solo mente
La última opción, la más especulativa a mi parecer, consiste en que se puede separar la mente del cuerpo. Por tanto, realmente no te hace falta un cuerpo para vivir, puede valerte cualquier cosa que haga las funciones, y que además, podría cambiar. Así que esto sería realmente como vivir para siempre.
En Rusia hay ya un multimillonario que quiere fundar una compañía para transferir la mente a un ordenador y así conseguir la inmortalidad. Realmente, hoy en día no se conoce casi nada del cerebro, así que es imposible hacer esto. Pero si aceptamos como verdad que todo lo que hay en nuestra mente es información y que podemos funcionar como un ordenador, sería cuestión de tiempo conseguir transferir esa información a bits y almacenarla en circuitos.
No solo eso, podríamos ponerla donde quisiéramos, siempre que fuera un ordenador. Podríamos tener nuestra mente en el cuerpo de un robot, un dron, un satélite incluso. Además, seríamos capaces de volver a transferir esta información al cerebro, es decir, a la inversa, así que podríamos volver a ponernos cuerpos orgánicos a voluntad. Si esto lo combinamos con la clonación, la ectogénesis o la ingeniería de tejidos, la verdad es que estamos ante un panorama bastante aterrador.
Viendo esto, incluso se podría decir que estamos dando el salto a una nueva especie que no tenga nada que ver con la actual, híbridos de ordenadores y humanos, ¿cyborgs tal vez?
Sin embargo, no creo que esto lo vayamos a ver, ni nosotros ni nuestros tataranietos. Igual estoy en plan pesimista pero creo que alcanzar tanto conocimiento sobre el cerebro humano está todavía muy lejos de nuestras posibilidades. Y no digamos ya transferirlo a lenguaje informático, almacenarlo y hacerlo funcionar.
No hay que olvidar que, por mucho que se comparen, la estructura de un cerebro y la de un ordenador no son tan parecidas. En el cerebro hay neuronas, que se activan con diferentes tipos de moléculas (neurotransmisores), distintos receptores. Y en los ordenadores, pues no hay nada de eso. Y no solo estamos hablando de pensamientos conscientes, sino de sentimientos y de todo el funcionamiento qu que tiene el cerebro "por debajo de la superficie" del que ni siquiera nos damos cuenta.
Una neurona. Casi nada ¿eh? |
Sin embargo, hay neurocientíficos que piensan que el cerebro se puede tratar como un ordenador, simplificando así la tarea: al cerebro le llega información por las entradas, la procesa y manda información por las salidas. Al final, yo creo que se sabe tan poco que no es realista teorizar sobre lo que se podría hacer, lo que no, y mucho menos decir cómo. Como digo yo siempre, la ciencia avanza que es una barbaridad, y es fácil que lo que un día estoy negando fervorosamente, al día siguiente sea posible.
En conclusión, todo esto nos hace ver que el deseo de ser inmortal es un tema que da mucho juego. Y combinándolo con la tecnología, más aún. Todavía nos queda muchísimo por aprender, pero con este artículo queda claro que hay mucha gente investigando el campo, mucha gente invirtiendo cantidades ingentes de dinero en él, y muchos dispuestos a ser los conejillos de indias con los que avance la civilización.
Y bueno, hasta aquí la entrada del domingo. Si os ha gustado, no dudéis en dejarme un comentario y compartir por las redes. ¡Hasta el próximo domingo!
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