Muchas novelas de fantasía incluyen entre sus personajes a enanos, elfos, gigantes y magos. Ya hemos hablado de hasta qué punto pueden ser reales los gigantes y de los elfos y magos quizás hablemos otro día porque ¡hoy toca hablar de enanos!
La diferencia de los enanos con los elfos y los magos es que los primeros existen de verdad. “No compares, Raquel” me diréis algunos “No es lo mismo. Es como esas personas que se operan las orejas para tenerlas puntiagudas”. Bueno, puede que tengáis razón, pero yo creo que hay muchas similitudes entre fantasía y realidad. En esta entrada quiero hablaros un poco de los tipos de enanismo que existen y de cómo podéis relacionarlos con la ficción.
¡Buenas a todos! Hoy vamos a empezar con una pregunta fácil, sí señor. Que levanten la mano los que se hayan leído La Biblia. *Otea un horizonte lleno de manos levantadas* Tú, sí, tú. ¿Sabes lo que son las plagas de Egipto? Pues claro, qué pregunta, mujer.
Fuera de bromas, estoy segura de que a todo el mundo, por muy ateo que sea, le suenan las plagas de Egipto, aunque no tenga muy claro lo que son. Yo oí hablar de ellas hace tiempo y como soy de esas que piensan que tras cada historia hay una pincelada de verdad, me puse a investigar. No sé hasta qué punto es verdad o mentira, pero sí que hay teorías que explican a qué se deben estas diez plagas. En este artículo os quiero explicar lo que pudo pasar, para que veáis que tras toda la magia hay alguna explicación racional.
Las plagas de Egipto según la Biblia
Bien, antes de empezar a explicar nada científico, voy a contextualizar un poco. El que tenga claro lo que son las plagas de Egipto, que se salte esta sección si quiere y que se vaya directamente a la explicación científica. Los que no, empezamos.
Situémonos, estamos en Egipto, donde los israelitas están esclavizados. Dios ha encomendado a Moisés que saque a su pueblo de ahí para darles la libertad, así que junto con su hermano Aarón va a ver al faraón. Al principio se lo pidieron bien, y el faraón se negó, así que se lo volvieron a pedir, esta vez advirtiendo de que Dios tenía preparado un castigo si no les dejaban ir. Como es evidente, Ramsés no se creyó todo esto, así que sobre su pueblo cayeron 10 plagas, que hicieron sufrir y mermaron a la población.
Os presento a Moisés y Aarón, los causantes de todo. |
Hace poco estuvimos hablando de la idea de crear una colonia espacial en un cilindro para acoger a los humanos en caso de una futura migración o de que ya no se pudiese vivir en la Tierra. Ese cilindro tendría que ser en su interior un verdadero hábitat para seres humanos, es decir, no vale que simplemente haya apartamentos. En su interior debería haber, de hecho, bastante espacio destinado a la vegetación, ya que tiene muchísimos usos.
Bueno, pues en esta entrada os quería hablar acerca de algo muy relacionado: los intentos que se han hecho de crear ecosistemas cerrados, sin recibir ningún aporte del exterior, es decir, igual que ocurriría en un Cilindro de O’Neil.
A veces creo que soy importante. Luego pienso en el cosmos, en toda las galaxias, con sus estrellas y sus planetas, en todo el vacío y en todos los pársec, y se me pasa. Supongo que una hormiga obrera también percibe su trabajo como importante, y para nosotros es tan insignificante como una mota de polvo.
Hoy no voy a hablar exactamente de nosotros y las hormigas, sino que quiero hablar de una teoría un tanto inquietante: la teoría del zoo. Dicha teoría defiende que los humanos en realidad somos el trabajo de investigación de una cultura extraterrestre mucho más avanzada que la nuestra, que nos observan y estudian exactamente igual que haríamos nosotros con un hormiguero.
La verdad es que hay muchísimas variantes de esta teoría, con muchas hipótesis diferentes (algunas más improbables que otras). Hoy voy a comentar un poco acerca de ellas, más con ánimo de inspirar nuevas historias y de cuestionar lo que sabemos que de informar (puesto que esto, al igual que la escala de civilizaciones de Kardashov, es todo especulación).
Ya he hablado aquí de la paradoja de Fermi, que básicamente pregunta “¿si hay aliens por ahí, como es que no nos hemos encontrado ninguno?” A esta paradoja hay muchas posibles respuestas, desde que en realidad nunca ha habido aliens hasta que en realidad los aliens avanzados somos nosotros, pasando por esta teoría del zoo.
Los que defienden esta teoría como respuesta a la paradoja de Fermi afirman que a los extraterrestres que nos estudian no se les está permitido interactuar con nosotros de ninguna forma para no influir en nuestro desarrollo, de tal forma que solo pueden mirar.
En realidad, si pensamos en esto, no tiene mucho sentido que sea “del zoo” ya que no veo por ninguna parte a niños extraterrestres lanzándonos caramelos, pero ese es otro asunto. Estos extraterrestres serían tan avanzados que no tendríamos forma de averiguar que nos están observando, pero podrían hacerlo de muchas maneras, la gran mayoría de ellas, inimaginables por nosotros (y por ese motivo no me voy a poner a especular.)
La verdad es que he leído que podrían observarnos igual que hacen en los zoos con los osos o los gorilas, pero creo que discrepo en cierta medida. Los osos y los gorilas de alguna forma son conscientes de que están en cautiverio, se acostumbran a recibir la comida, por ejemplo, o a interactuar con los observadores. Creo que, como llevo diciendo un rato, el caso de la Tierra se parecería más a una granja de hormigas o incluso a un acuario, ya que la diferencia entre conciencias es mucho mayor.
¿Te sientes observado? |
Una nave gigante flota en el espacio. En su interior, cientos de humanos han formando una colonia lejos del planeta Tierra. Tienen sus propias plantas y animales y generan su propia energía.
Si esto te suena, es porque la colonización espacial es un tema muy trillado en la ciencia ficción. Ya hablé de ello en esta entrada acerca de Asgardia(que te recomiendo que leas antes de seguir con esto si no lo has hecho ya), pero en esta entrada quiero ampliar un poco más y explicar una forma de colonizar el espacio de forma efectiva.
¿Qué pasaría si de pronto tuvierais el tamaño de King Kong?¿Y si una hormiga fuera de repente tan grande como un coche?¿Y qué sería lo primero que haríais encogéis hasta tener el tamaño de un meñique?
Estoy segura de que más de una vez os habéis planteado preguntas como estas, alimentadas también por literatura, como “Los viajes de Gulliver”, o películas, como “Cariño, he encogido a los niños”. Son innumerables las novelas de fantasía que hablan de gigantes, o en las que aparecen monstruos que son básicamente insectos gigantes, al igual que las novelas con seres diminutos.
Estúpido y sensual Gulliver... |
El futuro de la humanidad está fuera de la Tierra.
Si vivís en el mismo planeta que yo, creo que habréis oído o pensado esta frase más de una vez. Son muchas las pistas que tenemos hasta ahora: superpoblación, contaminación, deforestación y un montón de cosas más que terminan en “-ción”.
¡Buenas a todos! Hoy vamos a hablar de un tema apasionante. Antes de empezar, os aviso que el artículo es bastante exhaustivo, pero que aún me habría gustado tocar más temas. Estoy pensando en hacer un artículo ampliado y colgarlo en algún sitio para que lo podáis descargar y leerlo entero.
Podríamos ponernos a contar los libros o películas en los que aparecen mutantes y no acabaríamos. Sin duda, la más conocida es la saga de X-Men, y creo que esas películas han inducido a confusión a una (o incluso varias) generaciones. En este artículo quiero hablaros un poco de cómo funciona la genética, para que podáis entender qué son las mutaciones de verdad. También hablaremos de cómo podemos generar mutaciones para crear humanos con características especiales… E incluso superhumanos.
Últimamente, me he estado metiendo bastante a fondo en todas las cosas que yo creía imprescindibles de la ciencia ficción. Sin embargo, el otro día estaba viendo la película de “La Isla” y se me ocurrió que había algo sobre lo que no había hablado: clonaciones y mutantes. Son incontables los libros o películas, sobre todo de ciencia ficción y corte futurista, en los que aparece este concepto. Y bueno, supongo que todos sabéis que la biología es mi campo favorito, así que voy a intentar explicarlo todo de manera sencilla, aclarar conceptos y, sobre todo, desmentir algunos falsos mitos.
Seguro que en más de una ocasión habéis deseado no sentir dolor: cada vez que os quemáis sacando la pizza del horno, o cuando os viene la regla o cuando os dan un golpe. La verdad es que si nos fijamos, nos daremos cuenta de que a lo largo del día, nos duele algo en bastantes ocasiones (a unos más que a otros), lo que pasa que la mayoría de las veces son dolores leves y que se pasan pronto.
Quizás haya alguien que mantenga todavía que el dolor es una inutilidad y que ABAJO EL DOLOR. En esta entrada os quiero explicar un poco cómo se produce el dolor, para qué sirve, y lo más importante, qué pasaría si no sintiéramos dolor (y cómo conseguirlo). Así que vamos a empezar desmontando algunos mitos.
Mitad humano, mitad máquina, poderosas criaturas de metal y carbono que dominarán nuestro futuro. Sí, hoy vengo a hablaros de los cyborgs, otro de los elementos imprescindibles de la ciencia ficción (y daos cuenta de que ya van unos cuantos).
Los cyborgs se definen como organismos que tienen una parte biológica, es decir, orgánica y otra cibernética, es decir, inorgánica. Nosotros pensamos en ellos como algo lejano, de futuro o incluso de la ficción, pero si miramos a nuestro alrededor, nos daremos cuenta de que ya estamos en camino. Sin ir más lejos, el otro día me saltó un anuncio en Twitter que decía algo como “el progreso es convertir la discapacidad en un superpoder” y se refería a gente que tenía que llevar extremidades biónicas, como un brazo o una pierna. Es cierto que actualmente estas prótesis se diseñan para imitar de la forma más fiel posible a las humanas, pero ¿qué pasaría si se hicieran con el objetivo de mejorar lo ya conocido?¿Qué pasaría si no fueran algo que se necesita sino que se quiere tener?¿Iríamos entonces camino a una sociedad de cyborgs?
En esta entrada os quiero explicar un poco cómo se podrían conseguir cyborgs humanos y después hablaremos de lo que supondría para la sociedad.
Construyendo cyborgs
Cuando se acuñó el término cyborg, se pensó en humanos adaptados a colonizar otros planetas, que como sabemos, son ambientes extremos. Para ello, lo más lógico sería recubrir la parte humana expuesta al ambiente de algún material lo suficientemente resistente o, directamente, sustituir las extremidades de carne, blanditas y sensibles, por extremidades biónicas.
Para cumplir su función, cualquier parte del cuerpo biónica tiene que estar conectada a los nervios y tener sensores, que permitirían al portador mover la extremidad a su gusto y además recibir información de esta. Si no la tuviéramos conectada, sería esencialmente una pata de palo. Sí, te sirve para apoyarte, pero para poco más, así que con eso no vas a colonizar muy lejos.
Además, tienen que estar hechas de un material resistente, pero que a la vez sea ligero para poderlo mover sin dificultad, y que puedan tener integrados los circuitos y sensores necesarios para conectar con la parte humana del cuerpo. Ahora mismo, no es sencillo conseguir esto , ya que requiere una tecnología bastante avanzada, pero sí es verdad que no son una cosa imposible: ya hay gente que tiene prótesis muy avanzadas. Para prueba, este artículo.
Por otro lado, los implantes externos no son la única cosa que se puede tener para ser cyborg (y en mi opinión, ni siquiera la más útil). Hablo de implantes más relacionados con las funciones del cerebro que ayuden a ampliar estas. Llegados a este punto, os quiero hablar de Neil Harbisson, primera persona en ser reconocida como cyborg por el gobierno. Neil nació con acromatopsia, que es una enfermedad que le impide ver los colores, así que solo veía en escala de grises. Sin embargo, consiguió implantarse una antena, en principio para oír los colores que no veía, pero que ahora le permite percibir los colores, pero también radiaciones del espectro no visible (infrarrojo, ultravioleta) y también recibir directamente llamadas de teléfono, vídeos, música , imágenes…
No me digáis que esto no parece de ciencia ficción. El sensor y la antena que le permiten todo esto fueron diseñados por él mismo, y los llama “eyeborg”. Son parte de su cuerpo, inseparables ya, lo que le valió el permiso para aparecer con la antena en la foto del pasaporte y para ser reconocido como cyborg.
Neil con su eyeborg. |
Es sencillo encontrar un libro en el que los protagonistas tengan poderes especiales: súper fuerza, velocidad de la luz, detener el tiempo, hacerse invisible o leer la mente. Algunos superpoderes no son compatibles con las leyes de la física, pero otros sí, y solo nos quedaría saber cómo podemos integrarlos en nuestros cuerpos para usarlos.
Hoy os quiero hablar de uno de los superpoderes más famosos de la literatura y el cine: leer la mente. En multitud de películas y libros aparecen personajes capaces de leer los pensamientos de las personas que tienen delante, con más o menos requisitos y con más o menos exactitud. Y, siendo sinceros ¿quién de nosotros no ha querido tener alguna vez ese poder, aunque solo sea para saber lo que entra en el examen?
Habrá quien piense que leer la mente es una chorrada, que no se puede hacer. Mi respuesta, la misma que a muchas otras cosas de la vida, "es matizable". Miles de estudios han comprobado que una persona no puede leer directamente la mente de otra, y que los mentalistas que aparecen en la tele son charlatanes con mucha labia y una habilidad increíble para leer las expresiones faciales y corporales de su interlocutor, que le dan pistas sobre cómo orientar su discurso. Ojo, que no la mente.
Sin embargo, si examinamos la tecnología existente hoy en día, podemos darnos cuenta de que estamos cada día más cerca de leer la mente. Eso sí, hacen falta máquinas relativamente complejas que se conectan a la cabeza de sujeto, que analizan su actividad cerebral y mil cosas más. "Eso es trampa" me dirán algunos. Bueno, sí te pones así, sí, claro. Pero la verdadera pregunta es ¿a quién le importa? A mí, desde luego, no me importa que un superpoder lo dé la tecnología en lugar de un ser divino, mientras lo tenga...
En esta entrada vamos a examinar cómo funciona la lectura de la mente, qué necesitamos y para qué nos sirve eso a los escritores.
En una buena historia es esencial un buen villano. Pero los malos con helicópteros y pistolas están ya muy vistos, así que he creado esta sección de ciencia en la que intentaré dar formas científicas de putear a tus personajes. Vamos a empezar hablando del bioterrorismo, porque después de mis entradas sobre patógenos (aquí la primera parte y aquí la segunda) me parece un tema de lo más apropiado. Y además porque es una forma de fastidiar original, entretenida y apta para toda la familia.
¿Qué es el bioterrorismo?
El bioterrorismo se puede definir como el uso de microorganismos patógenos o toxinas con fines terroristas. Es decir, en lugar de usar bombas, armas químicas o cualquier otra cosa parecida, se usan gérmenes que vayan a causar enfermedades en la gente.
El bioterrorismo utiliza armas biológicas, que son precisamente esos microbios que se usan para inducir la enfermedad. Por mucho que pueda parecer algo novedoso, en realidad son algo que se lleva usando siglos, porque hasta las antiguas civilizaciones sabían que una enfermedad puede causar estragos en una población. Por ejemplo, desde siempre se han usado flechas untadas en veneno de animales y también hay registros que cuentan que se mandaban cadáveres o enfermos de peste a tierras enemigas para que infectasen a la gente.
En estos tiempos que corren, se me ocurren muchas formas de bioterrorismo, desde el método clásico, como mandar cartas contaminadas; hasta el mandar maletas contaminadas en los aviones, pasando por los virus informáticos (que es bromaa...). Todo depende de los objetivos del terrorista: matar a una sola persona, hacer saltar todas las alarmas de un país, cargarse a la mitad de los habitantes... Como ya he dicho muchas veces, cada microorganismo es un mundo y un bioterrorista posiblemente tiene muy claro cuál hay que usar para cada ocasión.
En los siguientes apartados quiero desarrollar un completo manual para el bioterrorista: veremos por qué es útil, cómo se fabrican las armas biológicas y qué microorganismos son los mejores para SEMBRAR EL CAOS.
Hay que reconocer que la palabra antimateria suena realmente bien. Parece que se te llena la boca al decirla. Antimateria. Antimateria...
La verdad es que es algo de lo que llevaba un tiempo queriendo hablar, porque es algo que todo el mundo ha oído nombrar antes o después, pero que no muchos saben realmente lo que es. Por eso, en este post quiero resolver algunas de las preguntas más fáciles: ¿qué es la antimateria?¿Existe?¿Dónde está? Y lo más importante ¿para qué sirve?
Antes de empezar, vamos a ver (o mejor dicho, recordar) qué es la materia y después nos meteremos en faena. Así que ¡allá vamos!
Cuando planeé la entrada sobre patógenos pensé en incluir los cinco grupos más importantes de patógenos (para mí, que después seguro que alguien se queja de que me he dejado algo). Después de escribir sobre virus y bacterias, me di cuenta de que se me había ido totalmente de las manos, así que decidí partirla en dos. Hoy, por fin, os traigo la segunda parte de esos adorables patógenos, con bichos más ignorados, grandes y ASQUEROSOS.
AVISO PARA NAVEGANTES
¡Hola a todos! Lo primero que hago es poner un aviso porque esta entrada no es como las demás. Veréis, en el resto suelo contar curiosidades o ayuda pura y dura para documentación. Sin embargo, esta es una lección sobre las características más generales de virus y bacterias, esos adorables patógenos. ¿Por qué? Veréis, quiero empezar a hacer una serie de entradas un pelín más técnicas sobre microbiología y enfermedades, y ya tengo un montón de ideas. Pero, para eso requiero que la gente que me lee tenga una mínima idea sobre lo que estoy contando, y hablando con mis padres me he dado cuenta de que unas nociones básicas no sobran.
Hoy he decidido hablaros de un truco de magia tan antiguo como la propia humanidad: la psicoquinesia, o el arte de controlar cosas con la mente.
"Espera, espera, espera ¿esto no es ciencia?"
En efecto, lo es, porque lo que nos va a permitir mover objetos solo pensando en ello no van a ser precisamente poderes mágicos de mentalista, sino los avances en tecnología que se están produciendo. Pero vayamos por partes.
Desde siempre, en la televisión sobre todo, se ha visto la psicoquinesia como ese poder que tiene un señor vestido raro y que es capaz de doblar cucharillas, mover vasos de plástico por la mesa y levantar servilletas. Y yo siempre me he preguntado ¿para qué quieres hacer eso?¿No sería mejor algo más útil como cepillarte los dientes con la mente, hacer la cama a distancia o limpiar desde el sofá? Así, como duda existencial.
Alguien habrá entrado aquí buscando aliens, como en mis entradas anteriores, pero no, hoy no vamos a hablar de extraterrestres, sino de otro tema muy interesante: los priones.
"Eh, eh, Raquel, que en el título pone 'canibalismo y locura'. ¡Traidora!"
El viaje en el tiempo ha sido siempre, y será, uno de los temas más recurrentes en la ciencia ficción. A todos nos gustaría viajar en el tiempo, al pasado, al futuro o a lo que fuera y hoy estáis de enhorabuena porque en esta entrada os traigo un completo tutorial para conseguirlo.
Espera ¿he dicho “os traigo”? debería haber dicho “os traemos”, porque esta entrada no la he escrito yo sola: el genial Cuervo Fúnebre, a quién conoceréis si me seguís, se ha unido a la aventura. Yo os hablaré de la parte científica del viaje en el tiempo y él de la parte literaria, así que, sin más demora, hagamos las maletas.
¡Buenas a todos! Seguimos con la ciencia, y en concreto hoy os quiero hablar de bioquímica, pero os prometo que no es tan aburrido como suena. Trust me, I'm a biotecnóloga.
¡Buenas a todos! Hoy quiero hablaros de un tema muy recurrente: la vida extraterrestre. Bueno, o más bien, la posibilidad de su existencia. Cada vez son más los que aseguran que no estamos solos en el Universo, y por supuesto, este sería un asunto muy jugoso para tratar en cualquier historia de ciencia ficción.
Antes de empezar, quiero dejaros una cita de Arthur C. Clarke, científico, divulgador y escritor de ciencia ficción (con algunas obras tan conocidas como Cita con Rama y 2001: Una odisea espacial):
Existen dos posibilidades: o estamos solos en el Universo o no lo estamos. Ambas son igual de aterradoras. |
No sé si habré comentado alguna vez que me encanta la ciencia. Por si acaso no: me encanta la ciencia. Me apasiona. Lo repito para el que no estuviera atento: me encanta la ciencia. ME ENCANTA LA CIENCIA.
ME ENCANTA LA CIENCIA
Está bien, ya paro, supongo que ha quedado claro. Bueno pues, a lo que iba. He decidido crear este blog por dos razones. La primera es que me pone muy nerviosa encontrarme inconsistencias científicas en los libros, es algo que me saca totalmente de la historia (aunque tampoco me ocurre muy a menudo, mejor prevenir que curar). La segunda es que me gusta escribir pero quería tocar nuevos temas, así que os presento este nuevo blog de ciencia, donde iré explicando de manera sencilla conceptos científicos y contando cómo se pueden aplicar a la ficción.
¿Qué encontraréis aquí? Bueno, casi de todo aunque os aviso que mis temas favoritos son la astronomía y la biología en todas sus variantes.
Por el momento, hoy quería hablaros de algo que me parece apasionante: la escala de civilizaciones de Kardashov. En general podríamos decir que es una forma de dividir a las civilizaciones según el potencial que tengan para aprovechar la energía. Sin embargo, lo importante de esto es que da un paso más allá de lo que conocemos y prácticamente desafía a lo infinito. ¡Escritores de ciencia ficción, estad muy atentos!
👽 ¡Hola, terrícola! 🖖
¿Te apasiona la ciencia?
¡Has encontrado tu sitio ideal! ¡Ponte cómodo y empecemos con el viaje!
¡Has encontrado tu sitio ideal! ¡Ponte cómodo y empecemos con el viaje!
Raquel
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